Las manchas oscuras, generalmente ocasionadas por el sol, por cambios hormonales o por el consumo de ciertos medicamentos, afectan a 1 de cada 3 mujeres.
Empieza en el momento en que la radiación solar incide sobre nuestra piel y ésta se defiende generando melanina. La melanina producida migra hacia la superficie de la epidermis, pero debido a una disfunción del organismo, en lugar de repartirse uniformemente, se concentra en un punto generando así una mancha cutánea.
Ni todas las pieles son iguales, ni tampoco lo son las manchas, por eso el primer paso es saber distinguirlas. Entre las más comunes, destacan los lentigos solares, unas pequeñas manchas con forma de lenteja que surgen, principalmente, por la exposición solar, de modo que aparecen en zonas expuestas como la cara, los brazos o las manos.
El melasma o cloasma ("se llama así cuando ocurre durante el embarazo") se distingue por sus formas oscuras e irregulares. Se conoce también como paño y afecta con más frecuencia a las mujeres debido a la influencia hormonal, siendo más frecuente aún durante el embarazo o la toma de anticonceptivos.
La hiperpigmentación post-inflamatoria, que aparece al curar una lesión en la piel, ya sean lesiones cutáneas, quemaduras, heridas, etc. y permanece en forma de mancha oscura.
No todas las manchas son marrones ni se producen por hiperpigmentación. En el extremo opuesto, está el vitíligo, cuyo origen es la falta de melanina y que se reconoce por la aparición de manchas blancas.
Esto también implica en lo emocional, generalmente ocasionando una baja autoestima y una mala relación con nuestro cuerpo.
¿Cómo prevenir la aparición de las manchas oscuras en la piel?
La radiación solar es la mayor responsable de la aparición de las manchas cutáneas. Abusar de una exposición solar y sin la protección adecuada puede ocasionar quemaduras, la aceleración del envejecimiento de la piel y la aparición de manchas cutáneas.
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