El miedo es una emoción de protección y alerta frente al peligro.
El miedo es una emoción de protección y alerta frente al peligro. Cuando el peligro no es real, el miedo se convierte en patológico. Aún así, sigue siendo una emoción que nos enseña algo profundo de nosotros mismos y, si sabemos identificarlo, lo venceremos y habremos logrado conocer nos más profundamente. Si piensas en todos los miedos que has atesorado, a los que te has enfrentando, seguro que has sacado una conclusión clara: no eran para tanto. Mucha de su solidez no era más que apariencia fantasma, la casita del cerdito que decidió hacerla de paja.
¿Qué es el miedo?
El miedo es una reacción de nuestro cuerpo y especialmente de nuestra mente ante una situación, animal o persona que interpretamos como peligrosa o desagradable. Es una emoción, en principio, de supervivencia, ya que nos protege del riesgo y el peligro, pero, ocurre en muchas ocasiones, que no existe tal peligro, aunque sentimos miedo igualmente.
El miedo, puede llegar a ser una reacción limitante en nuestra vida diaria, ya que puede bloquearnos hasta el punto de no ser capaces de reaccionar. Por otro lado, es propenso a aumentar su tamaño cuando no lo exponemos a la realidad.
“Sólo una cosa vuelve un sueño imposible: el miedo a fracasar“ -Paulo Coelho-
¿Quiénes somos?
Desde que nacemos, estamos viviendo, observando y experimentando emociones, agradables y también desagradables, entre ellas, el miedo. En función de las experiencias vividas, el miedo se puede llegar a desarrollar como una reacción de protección para prevenir que no suceda la situación desagradable vivida con anterioridad. Como una de nuestras emociones primarias, el miedo, guarda consigo una información valiosa de nosotros y de todas aquellas situaciones desagradables que vivimos y que pretende que no vuelvan a ocurrirnos de nuevo. Todas nuestras emociones quedan guardadas en nuestra mente subconsciente, y por ello, no somos conscientes de la información que reservan, respecto a experiencias del pasado.
Afrontar y no evitar
En la medida que va apareciendo el miedo en nuestra vida, tendemos a evitar las situaciones que tememos, para no volver a pasarlo mal. Sin embargo, no es una buena decisión, ya que no aprendemos nada mientras lo estamos evitando. Y por el contrario, éste cada vez es más fuerte y resistente para eliminarlo. Evitando el miedo solamente lo alimentamos. En nuestra mente nos vamos haciendo más y más pequeños frente a él, que cada vez parece contar con más armas y puntos por donde poder atacarnos. Esto no solo se nota en nuestro grado de temor sino también en el grado en el que condiciona nuestras vidas.
“El miedo es natural en el prudente, y el saberlo vencer es ser valiente“ -Alonso de Ercilla y Zúñiga-
Eliminar el miedo, conocernos
Para ganarle al miedo no hay otro camino que afrontarlo, superarlo y obtener así la satisfacción que esto puede aportarnos. Al mismo tiempo, para afrontarlo es bueno descubrir algo más de nosotros mismos, es decir, conocer a través del miedo, el origen del mismo, su significado y la interpretación que hacemos del peligro. Para ello, descubriremos en nosotros habilidades y capacidades que no teníamos, y que ahora, hacen innecesario el miedo, ya que nos daremos cuenta de que ahora contamos con estrategias para hacer frente a la situación temida, probablemente originada en la infancia, cuando aún no disponíamos de estrategias para afrontar la vida. Por otro lado, en determinados miedos resistentes y que nos sintamos incapaces de afrontar, sería conveniente consultar con un especialista. él buscará la estrategia más adecuada para que condicione nuestra vida o menos posible e incluso para que lleguemos a superarlo.
“Nada en la vida debe ser temido, solamente comprendido. Ahora es el momento de comprender más, para temer menos“ -Marie Curie-
Estar atento a las emociones
Siempre es interesante estar atento a todas nuestras emociones y, con ello, hacernos conscientes de la información que de forma sub-consciente queda guardada de cada una de ellas. Cualquier emoción nos ayuda a conocernos, ya que nos cuentan cómo nos vemos a nosotros mismos, qué nos gusta o nos desagrada, qué nos hace daño o nos alegra y qué situaciones nos recuerdan experiencias del pasado, sean éstas más o menos alegres. Ser consciente de ellas, siempre será una información valiosa sobre nosotros mismos, para trabajar aspectos personales que pueden estar debilitados o ser poco realistas en relación al momento presente que vivimos.
Crecer y sentirnos más seguros
En muchas ocasiones, debido a que no somos conscientes de nuestro propio crecimiento y maduración, sentimos emociones que corresponden a experiencias pasadas, normalmente del periodo de la infancia. Sin embargo, crecemos con ellas, y seguimos interpretando situaciones del presente con el mismo peligro que lo hacíamos cuando éramos pequeños. Este cuento de J. Bucay refleja de manera preciosa esta circunstancia.
Conocernos a través del miedo es ser conscientes de lo que nos bloquea y limita, re-interpretando las situaciones aparentemente peligrosas y trasformándolas en nuestra mente como situaciones que somos capaces de afrontar, ya que hemos crecido, y tenemos estrategias para afrontarlas con éxito. Reconocer nuestras capacidades, nos permite sentirnos más seguros para afrontar cualquier miedo, desde el momento presente, borrando la huella que dejó en nosotros el pasado.
“El miedo es el principio de la sabiduría“ -François Mauriac-
Fuente: Psic. Gema Sánchez Cuevas Fotos: Internet
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