La boca es la puerta de entrada a nuestra salud general, y mantenerla en buen estado es una inversión en nuestra calidad de vida.
Es por ello que el 20 de marzo se celebra el Día Mundial de la Salud Bucodental, para concienciar a las personas acerca de la importancia de mantener una buena salud bucal, promover hábitos saludables y dar a conocer los factores de riesgo que pueden provocar problemas en la boca y los dientes.
Esta nos ayuda a la ejecución de funciones en nuestro organismo, tales como la masticación, la deglución y la fonación. Es por ello que debemos mantener una salud oral adecuada, ya que nos permite:
Masticar y procesar adecuadamente los alimentos, favorecer el proceso de la digestión, contribuir a mantener una buena salud en general, nos permite apreciar mejor el sabor de las comidas, nos ayuda a prevenir enfermedades como la diabetes o enfermedades cardiovasculares, dado que ha sido demostrada su relación con la salud bucal, de acuerdo a diversos estudios.
Las enfermedades bucodentales afectan la salud de las personas en el transcurso de sus vidas, generando dolor, incomodidad, aislamiento social y pérdida de la confianza en sí mismas. Además están asociadas a otras enfermedades y problemas de salud graves, como la diabetes y las enfermedades cardiovasculares.
De acuerdo a diversos estudios, se estima que el 90% de la población mundial puede padecer alguna enfermedad bucodental, las cuales son previsibles y tratables, mediante la detección precoz. Algunas de las más comunes son las siguientes:
Caries dental.
Periodontitis o inflamación de las encías.
Halitosis (mal aliento).
Llagas y aftas.
Herpes labial.
Cáncer oral.
Entre los factores de riesgo de padecer algunas de estas afecciones de salud bucal se destacan la mala alimentación (especialmente la ingesta elevada de carbohidratos y azúcares), consumo de tabaco y alcohol y hábitos de higiene bucal deficientes.
Recomendaciones para reducir el riesgo de padecer afecciones bucodentales:
Visitar al odontólogo cada 6 meses o por lo menos una vez al año.
Cepillarse 3 veces o más al día. Al levantarse, después de cada comida y antes de dormir.
Usar enjuague bucal para reducir la placa bacteriana.
Renovar o cambiar el cepillo dental cada 3 meses.
Realizar limpiezas dentales (tartrectomía) periódicas.
Usar hilo dental, para prevenir las caries y eliminar la acumulación de placa bacteriana.
Procurar una alimentación balanceada, para ayudar a reforzar el sistema inmune contra infecciones.
Evitar ingerir bebidas gaseosas, jugos artificiales y bebidas energéticas.
Evitar el consumo de tabaco y alcohol.
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