Un ambiente laboral saludable produce satisfacción, bienestar y buenas relaciones entre los compañeros.
Un ambiente laboral saludable produce satisfacción, bienestar y buenas relaciones entre los compañeros. Sin embargo, no siempre suelen darse estas circunstancias. A veces puede que en nuestro lugar de trabajo nos sintamos frustrados, cansados y desmotivados e incluso, que ni siquiera tengamos ganas de ir, ya sea por un compañero, un jefe o incluso por la atmósfera que se respira allí en general. Un ambiente laboral tóxico puede llegar a tener consecuencias muy negativas sobre nosotros. Si tenemos en cuenta que cualquier empresa u organización es un hervidero de emociones no es raro pensar que los conflictos y las diferencias existan. El problema no es que se originen sino cómo se gestionan y hasta dónde pueden llegar. De esta manera, un ambiente laboral tóxico se distingue por tratos despectivos, actitudes agresivas y demasiado competitivas y hasta por comportamientos malhumorados y manipuladores. Aprender a detectar si en tu lugar de trabajo se desprende toxicidad te servirá de gran ayuda para protegerte e impedir que te impregnes de ella. A continuación explicamos algunas de las características más comunes de este tipo de entornos. Profundicemos.
1. Absentismo
Es normal que las personas enfermen, tengan citas médicas o necesiten asistir a alguna actividad de forma ocasional que las obligue a ausentarse del trabajo. Sin embargo, cuando este comportamiento se vuelve repetitivo, podría convertirse en un signo de alerta. Faltar al menos tres veces cada mes o más, o pedir constantemente permisos para ausentarse – ya sea para realizar actividades personales, citas médicas o enfermedad- es una forma típica de absentismo. En el caso de que no haya motivos justificados, puede ser un buen indicativo de que existe un ambiente laboral tóxico. Otra forma de absentismo es la ausencia mental. Es decir, llegar a tu lugar de trabajo y utilizar la mayor parte del tiempo para realizar actividades que no están relacionadas con tus tareas. Estos tipos de conducta pueden corregirse si el líder se encarga de aumentar la motivación de los empleados. Conseguirlo es fundamental para evitar que el desánimo se extienda entre ellos.
2. Maltrato por parte de los superiores
Otro señal de un ambiente laboral tóxico se da cuando no existe respeto en la forma en que los superiores se dirigen al resto del personal. También puede ocurrir cuando estos utilizan indiscriminadamente el cinismo y el sarcasmo para dirigirse a los empleados. Esto se ve reflejado también en la formulación de comentarios despectivos, la crítica no constructiva y la comparaciones entre los pares. En lugar de incentivar el trabajo en equipo, estos comportamientos incitan a la competencia excesiva y al malestar.
3. Mala comunicación
Los problemas de comunicación en el trabajo suelen ocurrir cuando la comunicación no es directa, está incompleta o bien no es del todo verdad. Esto genera situaciones de incertidumbre, doble sentidos y confusión que generan trampas mentales en las personas que la reciben y en definitiva, errores o fallos en la actividad laboral. En muchos casos, los jefes no son claros ni específicos sobre cómo desean que se realicen ciertas tareas, esperando a que sus subalternos “lean su mente” o adivinen los detalles. Así, si esta situación se mantiene en el tiempo, la frustración, la inseguridad y la desmotivación saldrán a escena.
4. Poca protección al empleado
Esta situación se produce cuando en la empresa se vela más por los intereses propios (clientes, ahorro de costes, etc.) que por los intereses de los trabajadores. ormalmente, hay rotación ni posibilidades de ascenso. Tampoco se ofrecen formaciones relevantes al cargo ni planes de carrera. En este contexto, las personas pueden mantenerse diez años realizando la misma tarea, sin posibilidades de ser ascendidos o ni siquiera ser considerados para un ascenso. Las políticas internas son desconocidas para el personal y cambian sin previo aviso. Por lo general, todos estos comportamientos generan una gran incomodidad entre los empleados y un ambiente laboral tóxico.
5. Liderazgo dictatorial
En este caso, el líder toma todas las decisiones sin importar lo que piense su equipo. No escucha ni quiere saber las opiniones de los demás, generando esta situación un temor a expresar el desacuerdo por parte de los trabajadores. Los líderes dictatoriales suelen ser personas desconfiadas, ya que consideran que solo ellos pueden hacer el trabajo bien, y que nadie sabe tanto como ellos. Muchas veces esta desconfianza se debe a inseguridades internas, en especial cuando uno de los empleados destaca y de algún modo, puede empezar a considerarlo como una amenaza. Esta clase de ambiente laboral tóxico tiene el agravante de que los empleados no pueden contar con la figura del líder como alguien que puede ayudarles a solucionar un problema.
6. Problemas de rol
El rol es la función que una persona desempeña en su puesto de trabajo y aunque pueda ser extremadamente compleja, es esencial tenerla bien definida. De lo contrario, la persona puede que no tenga demasiado claro cuál es su papel en la empresa. Cuando esto sucede, pueden llevarse a cabo tareas que no corresponden o quizás se tenga que lidiar con demandas y exigencias excesivas, incongruentes entre sí o incompatibles para realizar el trabajo.
7. Mobbing
El acoso laboral o mobbing suele ser una de las situaciones más comunes en un ambiente laboral tóxico. Se da cuando uno o varios compañeros dificultan la labor de otro, poniéndole obstáculos a nivel profesional y personal. Además, una mala relación con los compañeros puede ser un gran motivo de generación de estrés.
Como vemos, todos estos problemas pueden afectar a los empleados tanto a nivel físico como psicológico, repercutiendo en nu sensación de bienestar en general. Por ello, es necesario combatirlos para gestionar o evitar un ambiente laboral tóxico.
Fuente: Psic. Sergio De Dios González Fotos: Internet Redacción: Elvis Santiago
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